martes, 31 de enero de 2012

Las últimas de enero



II
Amor, que el pecho mío
continuamente agita,
es dulce y es impío,
y es más que una avecita
volátil y ligero.
¡Ay! de su dardo fiero,
¿quién consiguió victoria?
Renueva, amada mía,
renueva la memoria
de cuando Atis ardía,
tu dulce amor odiaba
y a Andrómeda estimaba.
Safo de Lesbos

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